Biografía Curricular

martes, 30 de abril de 2013

LA IMPORTANCIA DE UNA COMUNICACIÓN ADECUADA




En muchas ocasiones cuando un candidato acude a una entrevista de trabajo, el entrevistador puede percibir disonancia entre lo que esa persona dice verbalmente y las emociones o gestos que acompaña, dejando evidencia de sus dos discursos contrapuestos. También esta comprobado como el resultado final de un trabajo en grupo o en una empresa depende de la comunicación entre todos sus miembros.
Comunicarnos mejor es clave para relacionarnos con las personas que nos rodean y para nuestro propio desarrollo personal. Continuamente estamos enviando mensajes a nuestro entorno, bien con nuestra actitud corporal, a través de gestos o mediante las emociones, y todo nuestro cuerpo participa de nuestros actos comunicativos.
Si nos fijamos bien podemos observar como las personas que tenemos alrededor nos expresan distintas emociones a través de sus posturas durante la conversación, por ejemplo, si observamos que nuestro compañero conversa con nosotros de frente, nos demuestra su interés, o si le vemos caminar erguido es sinónimo de seguridad y confianza en sí mismo, en cambio si va caminando con la mirada hacia abajo puede darnos a entender su desinterés por la conversación o no creer lo que está escuchando.
 De ahí la importancia de cuidar, no solo lo que decimos, sino que debemos estar atentos a todo el canal donde intercambiamos información tanto de conocimientos, como la parte emocional.



OBSTACULOS EN LA COMUNICACIÓN

En muchas ocasiones podemos encontrarnos determinados actos inadecuados que hacen que nuestra comunicación no sea la correcta y que debemos en la medida de lo posible intentar corregir y modificar. Algunos pueden ser:
·        Interrumpir: no esperamos que la otra persona termine de hablar. Por ejemplo, en una conversación alguien nos esta relatando una situación y, sin esperar que termine de hablar, lo interrumpimos, lo que puede demostrar desinterés.
·        Sermonear: juzgamos al otro sin escuchar su opinión. A veces no esperamos que la persona termine de exponer su punto de vista, simplemente nos adelantamos y enjuiciamos, no le preguntamos por qué ha reaccionado de esa manera, como se sintió, etc, inmediatamente lo etiquetamos.
·        Mirar a otro lado cuando te hablan: no tenemos contacto visual con la persona que nos esta hablando. Mientras conversamos, a veces podemos mirar a cualquier parte, menos a los ojos de la persona con la que estamos hablando. Ello puede ser por timidez, porque no estamos diciendo la verdad o no nos interesa la conversación. De todas formas, produce incomodidad en nuestro interlocutor.
·        Moverse constantemente: no nos ponemos en una posición de escuchar, es decir, no prestamos atención de manera relajada. El cuerpo es un elemento importante, por ello, si conversamos con alguien y no dejamos de movernos de un lado para otro, haremos que el dialogo no sea fluido.
·        Monopolizar la conversación: no otorgamos la oportunidad para que la otra persona hable. Existe el dicho de “no se calla ni debajo del agua” o “no lo calla nadie”, son personas que no le otorgan el espacio para que otro pueda hablar, muchas veces incomoda este tipo de situaciones.
·        No tomar en cuenta los sentimientos de los otros: no reconocemos cuando la otra persona esta triste, alegre, cabreada, etc. Alguien puede relatarnos una situación muy triste o muy alegre y nosotros no darnos cuenta de ello.
·        Cambiar de tema: no estamos enfocados en un tema a un tiempo. Muchas veces un tema se está agotando, no ofrece ningún interés y es preferible cambiarlo. Sin embargo, hay personas que pasan de un tema a otro, sin concluir la conversación o, en otros casos, se interrumpe abruptamente, demostrando con ello la falta de interés en la conversación.
·        Guardar los sentimientos: no expresamos lo que sentimos a las demás personas. En ocasiones, no expresamos con sinceridad nuestros sentimientos, por timidez, o porque no queremos que los demás se den cuenta de lo que nos pasa para no molestarlos. Si estoy cansada, si tengo pena o estoy muy alegre, es importante compartirlo. Muchas veces un problema se puede solucionar conversándolo.
·        Miedo a hablar en público: por timidez no nos atrevemos a hablar delante de otras personas. En una reunión con desconocidos, tratamos de pasar inadvertidos, aunque el tema de conversación sea muy interesante. Por vergüenza o temor no exponemos nuestro punto de vista o evitamos hacer alguna pregunta.
·        Temor de no tener cosas interesantes que decir: ciertas veces nos da vergüenza preguntar cuando no entendemos el tema de conversación. En ocasiones, el tema de conversación nos es desconocido y no nos atrevemos a preguntar, porque así ponemos en evidencia nuestra “ignorancia”
·        Tener perjuicios: enjuiciamos a las personas sin saber lo que piensan o sienten. A veces, descalificamos a otro sólo porque nos puede parecer “pesado”, sin darnos el tiempo de conocerlo. También se pueden presentar prejuicios raciales o de clase social.

Estrategias que facilitan la comunicación

·        Estar dispuesto a escuchar: Es requisito previo que estemos dispuestos a prestar atención. No basta con decir “te estoy escuchando” sino poner cara de escucha y postura de escucha.
·        Ser respetuoso: Si respetamos a los otros, somos capaces de escuchar y de comprenderle.
·        Comprender al otro: Esforzándonos en captar sus sentimientos y comprender los distintos mensajes.
·        Desarrollar la empatia: Ser capaces de ponernos en el lugar del otro.
·        Mantener la mirada con el que habla: de forma natural, sin intimidar.
·        Indicar que se escucha diciendo si: Afirmar con la cabeza refuerza al emisor del mensaje la certeza de que está siendo escuchado.
·        No expresar inicialmente el acuerdo o desacuerdo: Debemos dejar hablar para después dar nuestra opinión desde nuestro punto de vista, de forma calmada.
·        No menospreciar al que habla: No debemos descalificar a nadie por su forma de comunicarse.
·        Ser autentico: Es importante mostrarse transparente en la forma de comunicar las emociones y sentimientos, de este modo seremos creíbles y valoraran más nuestra comunicación.
·        Dejar de hacer otras cosas: Es conveniente no estar escribiendo, o realizando otras tareas a la vez que mantenemos una conversación, para que podamos mantener el contacto visual.
·        Exponer cada cual sus puntos de vista: Respetando los turnos de palabra y no querer imponer nuestra opinión.

2 comentarios:

  1. Mira que resulta difícil la comunicación eh?, las cosas que aprendo y de muchas no me daba cuenta en el dia a dia.
    Hay que valorarlas esta claro. Gracias por este acercamiento que nos facilitas a estas cuestiones.
    me reitero una vez mas.Animo y sigue así.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. comunicarse puede parecer facil pero comunicar de forma correcta el mensaje para que el receptor reciba realmente lo que queremos decir ya no lo es tanto. Si practicamos una buena comunicación evitaremos muchos malentendidos.
      Muchas gracias por tu apoyo y tus comentarios, un abrazo.

      Eliminar