Biografía Curricular

viernes, 27 de septiembre de 2013

Adios al síndrome postvacacional



Después del verano, las vacaciones y la temporada de tiempo más ocioso, llega el otoño, los días comienzan a ser más cortos, el fresquito vuelve de nuevo a nuestras vidas y toca la vuelta al trabajo en serio, cada cual con sus tareas rutinarias.
 La mayoría de los afortunados que tienen trabajo ya están en sus puestos a pleno rendimiento.
 Me resulta curioso como hace unos cuantos años, cuando se alardeaba del famoso “España va bien”, pusieron de moda el llamado síndrome postvacacional por estas fechas, se trataba de un nuevo trastorno en el que los que lo padecían mostraban fuertes dolores de espalda, cuello, molestias en general, todo debido a la situación de estrés y al incorrecto proceso de adaptación de nuevo al trabajo, con el consiguiente disminución del rendimiento laboral.
En la actualidad la situación ha cambiado y mucho, ahora hemos aprendido a valorar lo que es tener un trabajo y mantener una actitud positiva en la vuelta a la rutina, apareciendo incluso un sentimiento de privilegio frente a los que no lo tienen.
Y es que no hay nada como ver las orejas al lobo para curar síntomas inventados por la sociedad que nos rodea y que nos hace caer en sus redes.
 Ahora el autentico síndrome lo padecen quienes después del parón del verano continúan sin empleo, que no quiere decir estar parados. Para ellos el trabajo consiste en mantenerse atentos y abiertos a las oportunidades que se puedan presentar, no centrándose en el problema sino en la búsqueda de soluciones, potenciando todas sus posibilidades.
 Buscar trabajo requiere un esfuerzo extraordinario, pero es la oportunidad para demostrar la creatividad y la valía de cada cual. No debemos ver el fracaso como algo negativo, sino como una parte más del proceso que nos hace mejorar para poder conseguir llegar a la meta. Poca gente consigue los retos a la primera, fíjate en personajes importantes que han conseguido grandes logros y antes fracasaron una y otra vez.

La aptitud es la clave en la búsqueda de empleo. Debemos creer en nosotros mismos, no infravalorarnos y si después de intentarlo muchas veces, nadie apuesta por ti, elígete a ti mismo y crea tú oportunidad, pero por encima de todo, nunca abandones, sigue adelante y no desistas jamás. Puede que no puedas cambiar la dirección del viento pero sí ajustar las velas y esperar que pase el temporal.